Los asuntos de índole personal son
aquellos que se refieren a aspectos de la vida privada de las personas;
familia, amistades y relaciones sociales, gustos, hobbies y aficiones,
creencias y convicciones religiosas, éticas, morales o ideológicas, asuntos
laborales particulares, orientación sexual, inclinaciones emocionales o
amorosas, los asuntos de la alcoba y el corazón, de las relaciones privadas, de
la intimidad del hogar y de aquellos aspectos de la vida de cada persona que
solo a ella atañe e interesa, inviolable y, por supuesto, dignos
del máximo respeto y, por su carácter íntimo e individual, al margen, siempre y
en cualquier circunstancia, de la intromisión, crítica, comentario, burla o
divulgación por parte de los demás.
Los asuntos públicos, los que atañen a
la relación de los ciudadanos con las administraciones, a la gestión y
administración de la hacienda y el patrimonio público, del conjunto de la
sociedad, el de todos, a las relaciones institucionales, a la limpieza,
justicia y ecuanimidad en el trato a los administrados, pueden ser, por el
contrario, objeto del seguimiento, difusión, crítica o loa, según corresponda,
y están sujetos al arbitraje, participación y fiscalización de la ciudadanía
mediante los cauces legalmente establecidos.
Todo esto lo digo para conocimiento del
Concejal de Educación, Deportes, Personal y Organización Municipal y Primer
Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares (con un sueldo de
42.000 € anuales más seguridad social, de dinero público) que se quejó de las
críticas recibidas a su gestión aprovechando una intervención en el último
Pleno Municipal (foro de representación público), y en una entrevista concedida,
y me atrevo pensar que pagada, a un medio de comunicación local en virtud del cargo
público que ocupa, declarándose dolido y atacado, e incluso insultado,
en lo personal.
Pues bien, por la parte que me toca, y
en referencia a la críticas por mi escritas sobre sus actuaciones como miembro
del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento, jamás de los jamases se me ha ocurrido
inmiscuirme, criticarle, ni mucho menos insultarle, en ningún asunto relativo a
su privacidad y vida personal. Ni a él ni a ninguno de sus compañeros del grupo
municipal ppero.
Otra cosa es que haya comentado y
criticado aspectos de su gestión (de todos ellos) dentro del Ayuntamiento que,
francamente, me parecen lamentables y, estos sí, pueden afectar y afectan
directamente a la vida personal del resto de sus vecinos, como son, y siento
repetirme más que el ajo; el despido injustificado de trabajadores municipales,
la diferencia de trato a los vecinos en la tramitación de licencias, la
marginación de asociaciones vecinales que no consideran afines, las actuaciones
en terrenos públicos saltándose a la torera los trámites y condicionamientos
legales establecidos, la concesión de contratos para la gestión de centros
municipales a familiares, saltándose a la torera las mínimas normas de la ética
y la decencia, el uso y disfrute particular de espacios municipales, la
apropiación de los medios de comunicación del Ayuntamiento para su uso con
fines partidistas y censura de las opiniones críticas de otros vecinos, la auto
adjudicación de salarios a conveniencia, la aprobación de una relación de
puestos de trabajo en contra de los informes técnicos y su utilización para
consumar venganzas particulares y asegurar un aumento de sueldo al puesto en
excedencia del Sr. Alcalde, la eliminación de competencias del Pleno municipal,
la mercantilización de los espectáculos culturales que propicia la exclusión de
los mismos de los vecinos de menores rentas, la privatización de la gestión de
servicios municipales con su consiguiente deterioro y precarización de sus
puestos de trabajo, la ejecución de obras sin un estudio previo de utilidad
para él vecindario, la eliminación de la discusión democrática de mociones en
los plenos mediante el uso y abuso de la mayoría absoluta, la tergiversación,
cuando no divulgación de ridículas patrañas, en la información sobre asuntos de
interés general, la negligencia al abordar asuntos que afectan a la calidad de
vida de los vecinos, como son el transporte público, la calidad de los centros
educativos, la movilidad, la defensa del medio ambiente…, el pago de estudios y
proyectos de dudosa utilidad y necesidad, etcétera, etcétera, etcétera.
Asumo, eso sí, la utilización, con toda
la intención, de un lenguaje ordinario y chabacano, políticamente incorrecto,
ya se sabe que cada uno escribe como quiere o como puede, para intentar llamar
la atención sobre las cuestiones anteriormente señaladas, propenso al humor de
trazo grueso y la crítica descarnada, por lo que no tengo el menor reparo en
definirme como un auténtico rey mierdas de la palabra escrita,
pero sin ninguna intención de ofensa y sí de crítica política.
En lo personal, que les vaya muy bonito.
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