El pasado domingo 14 de febrero, tuvo lugar en la sede de
Izquierda Unida de Hoyo de Manzanares una mesa redonda sobre el “Tratado
Trasatlántico de Comercio e Inversión” (el TTIP). El acto contó con la
participación de María Eugenia Fernández de la Torre de ATTAC, Cuca Hernández
de la Campaña “NO al TTIP” y Paloma López Eurodiputada de Izquierda Unida.
En los siguientes enlaces se pueden ver y escuchar pare de
las intervenciones de cada una de ellas:
La UE y los EEUU negocian desde junio de 2013 un tratado de
libre comercio e inversiones, el TTIP. Anteriormente la UE ha finalizado las
negociaciones de otro tratado, el CETA, con Canadá que está a la espera de su
ratificación por parte del Parlamento Europeo. Las negociaciones se
caracterizan por su absoluta falta de transparencia, que se reflejan en su escasa
presencia como noticia en los grandes medios de comunicación.
El objetivo de estos tratados es establecer un gran mercado
trasatlántico de más de 800 millones de personas que consagraría el dominio de
las grandes corporaciones transnacionales europeas y norteamericanas en
detrimento de los ciudadanos de ambas partes del océano. Si bien sus defensores
argumentan que son positivos para reactivar la economía la realidad es que
estos tratados pretenden conseguir mayor competitividad exterior a costa de
rebajar o eliminar las regulaciones laborales, sociales, económicas,
sanitarias, educativas, culturales y ambientales, ya duramente atacadas por las
sucesivas reformas habidas en nuestro país.
Las consecuencias de las posibles ratificaciones de estos
dos tratados –y el de TISA, acuerdo sobre servicios en fase de negociación
entre algunos países de la OCDE afectarían a amplios sectores de la población a
ambos lados del Atlántico, posibilitando políticas que amenazarían:
• los derechos laborales como la libertad sindical o la
negociación colectiva,
• la pervivencia de servicios públicos como la sanidad, la
educación o pensiones
• la gestión de los residuos, transporte o saneamiento y
distribución de aguas que serían
privatizados
• la seguridad alimentaria al permitir los transgénicos en
la agricultura, el ganado vacuno hormonado, el porcino y el aviar clorados,
• los recursos naturales, potenciando el fracking e
importando productos altamente contaminantes como las arenas bituminosas,
• la biodiversidad al apostar por la agroindustria que
implica pérdidas de variedades locales y razas autóctonas y la paulatina
desaparición de los paisajes rurales
• el principio de precaución sobre uso de sustancias
químicas al dejar de controlar su seguridad antes de la obtención del permiso
comercial
• la privacidad personal al permitir un mayor acceso y
control sobre datos privados por parte de empresas proveedoras de internet y
otras grandes corporaciones sectoriales
• el acceso a los productos farmacéuticos al reforzar las
patentes frente a los genéricos
• la posibilidad de crear una banca pública y los mecanismos
de control bancario que eviten nuevas crisis especulativas
Para conseguirlo, estos tratados contemplan la implantación
de dos mecanismos antidemocráticos que aseguren lo que los negociadores llaman
la “armonización normativa” que no es más que una regulación a la baja de la
legislación vigente.
Por un lado, el Consejo de Cooperación Reguladora, una
especie de gobierno de las transnacionales que dictaminará lo que se puede o no
se puede legislar en asuntos que afecten a sus intereses.
Por otro, el mecanismo ISDS de resolución de conflictos
entre empresas y estados, que garantiza las inversiones –y sus previsiones
futuras de beneficios- de cualquier empresa ante potenciales políticas
estatalizadoras o remunicipalizadoras, conflictos que habrían de resolver
tribunales privados de arbitraje fuera de todo control democrático.
En definitiva estos tratados, bajo el disfraz de la mejora
de la economía y del empleo, además de apuntar a mejorar la cuenta de
resultados de las grandes empresas, permitirán la paulatina y perversa
apropiación del poder político y judicial por parte del poder económico de las
grandes corporaciones transnacionales.
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