José Ramón Mendoza.
En muchos hogares, pero especialmente en los de las
clases trabajadoras, sustentados mayoritariamente por mujeres, se promueve un
mantenimiento de la supervivencia basado en el autoconsumo, el ajuste de
necesidades, el ahorro y aprovechamiento, conocimientos globales, el respeto a
los ciclos de la vida… en suma, una concepción natural de las cosas. Lo
contrario a esto es el mercado: acumulación hasta el crecimiento infinito.
La unión entre vida doméstica y medio ambiente es
íntima, incluso en el urbanita y tecnificado mundo occidental basado en un
sistema que se mantiene por medio de la subordinación, además de los
trabajadores, la de las mujeres y la naturaleza. El ecofeminismo es una
filosofía y una práctica que nace de la cercanía histórica de mujeres y
naturaleza.
El actual sistema de producción trae consigo la
explotación de las clases trabajadoras, mujeres y hombres y para ello tiene al
patriarcado como uno de los mejores aliados para el mantenimiento del sistema
pues consigue a través de la división sexual del trabajo el sostenimiento de su
modo de producción. Al mismo tiempo la destrucción de la naturaleza a favor del
beneficio económico es consustancial actual modo de producción provocando una
crisis ecológica y social que afectando a la vida del planeta, la sufren
especialmente las mujeres y muy
fundamentalmente las mujeres pobres. Ése es el punto de partida, la realidad que se quiere
cambiar.
Hay que poner la cuestión social, la cuestión
ecológica y la igualdad real entre mujeres y hombres en el primer plano de la
política ya que es necesario hacer cambiar una sociedad de explotación de
mujeres y hombres trabajadores, de explotación de las mujeres por el hecho de
ser mujeres y de explotación de la naturaleza.
Ecofeminismo, al igual que ecologismo y socialismo es
aunar esos temas claves de la política transformadora. Por un lado, está la
tarea de llegar a una sociedad y a una cultura que sean realmente igualitarias;
una sociedad y una cultura que no sean androcéntricas; una sociedad y una cultura para
salir de la crisis ecológica y social que ha generado el actual modo de
producción; detener la cuenta atrás del cambio climático y de la destrucción de
la biodiversidad.
El proyecto que quiere el ecofeminismo no es otro que lograr
un sistema social donde hombres, mujeres y naturaleza no se vean sometidas a
prácticas de explotación y dominio. Ambiciosa tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario