Izquierda Unida de
Hoyo de Manzanares apoya la iniciativa de impulsar la creación de una Red de
Ciudades-Refugio y creemos que Hoyo de Manzanares que se mostrado solidario en
otras catástrofes humanitarias debe adherirse a la misma, en el convencimiento de
que es principalmente desde los municipios desde donde es posible contribuir de
manera determinante al ejercicio efectivo de los derechos fundamentales.
Siguiendo la trayectoria de solidaridad que los vecinos de
Hoyo de Manzanares han mostrado en otras crisis humanitarias, Izquierda Unida propondrá en el próximo Pleno
Municipal que el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares se adhiera a la iniciativa
de creación de una Red de Ciudades-Refugio con la firme intención de
contribuir, desde el ámbito local, a garantizar el ejercicio efectivo del
derecho de asilo. La propuesta de Izquierda Unida también incluye que se defina
la capacidad efectiva de acogida de Hoyo de Manzanares, contando para ellos con
la ayuda de las entidades sociales del municipio y de los servicios técnicos
del ayuntamiento, especialmente los de Servicios Sociales, promoviéndose además
la creación de una red de voluntariado para la acogida de personas refugiadas.
Por último, se pide que el Pleno de Hoyo de Manzanares inste
al Gobierno de la Nación a aumentar el número de solicitudes de asilo para así
cumplir con el ordenamiento jurídico nacional referente a las personas
refugiadas y con las obligaciones contraídas al firmar la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea y avanzar así en el objetivo de ir
acercándose a la media de refugiados acogidos en el resto de países miembros.
Los terribles y luctuosos sucesos que se han venido
produciendo en los últimos tiempos, no han sido, ni por desgracia serán los
últimos episodios de lo que los medios de comunicación de Occidente vienen
calificando como “la mayor crisis migratoria en Europa desde la Segunda Guerra
Mundial”, habiendo provocado, asimismo multitud de reacciones de preocupación,
indignación y solidaridad entre la sociedad civil europea y han obligado, a su
vez, a parte de los principales representantes políticos de los países miembro
de la UE a abandonar su mutismo y su indiferencia, forzándoles a buscar una
solución política conjunta.
En este contexto se han producido, a su vez, ciertas
declaraciones y hechos inquietantes, propios de los más negros períodos de la
historia europea contemporánea: líderes políticos, entre los que se cuenta la
vicepresidenta del gobierno español, negando la posibilidad de aumentar el
número de refugiados que están dispuestos a acoger en nuestros respectivos
países; la colocación de concertina por parte de Hungría, iguales a las que
España colocó en la frontera con Marruecos; et…; sin olvidar los ataques por
parte de grupos neonazis a autobuses y centros de refugiados en varias
localidades alemanas.
Estos hechos son consecuencia parcial de una política
exterior europea que ha fracasado en su objetivo declarado de promover la paz y
la transición a la democracia en la región mediterránea, del fracaso en la
gestión de las fronteras exteriores y de una política migratoria nefasta por
parte de los países miembros, que vulnera de manera el derecho al asilo
reconocido como fundamental en la Carta
de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
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