Para una buena
convivencia vecinal es conveniente y deseable que todos los vecinos del pueblo
cumplamos ciertas normas de civismo como, por ejemplo, hacer caso de los
carteles indicativos existentes en las calles del municipio.
No parece darse el
caso en el punto limpio de la calle Sobrante, donde, según se aprecia en la
fotografía que se adjunta, y como podrá comprobar cualquiera que pase por el
lugar, justo debajo de un flamante cartel que reza “no verter”, se encuentran
apilados una considerable cantidad de residuos.
Otro punto donde se
incumplen las más mínimas normas de la convivencia vecinal es en el bulevar de
La Berzosa, que no lleva a ninguna parte, donde, según se aprecia en la
fotografía que también se adjunta, y como también podrá comprobar cualquiera
que pase por el lugar, se encuentran apilados una considerable cantidad de, en
este caso, escombros de
obra.
En este caso no se
trata de un caso de falta de civismo de algún vecino, sino de la dejación de
sus funciones del o los concejales responsables del desaguisado, tanto de la
absurda obra como de la no retirada de los escombros generados por la misma, y
del Alcalde, como máximo responsable del cumplimiento del contrato de obras por
el autorizado
Porque después del
pastizal que ha costado el paseíto de marras, ninguno de ellos cumple con su
obligación de exigir que se ejecute la partida del presupuesto de obra donde se
especifica la retirada de escombros al vertedero, a saber; Canon de vertido (vertedero o
centro de reciclaje) de los productos resultantes de excavación, demolición o
construcción, según capítulo 17 del Catálogo Europeo de Residuos (ORDEN
MAM/304/2002) con descarga y extendido del material en el vertedero. Totalmente
terminado.
Cumplamos nosotros,
como vecinos, con nuestros deberes cívicos y exijamos al equipo de gobierno,
con el Alcalde a la cabeza, que cumplan con su deber, que para eso les pagamos.
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