Hace unos
días el Ayuntamiento, al parecer con el propósito de construir nuevas tumbas, metió excavadoras en la parte nueva del
cementerio, abriendo zanjas en una zona que está definida como “arqueológicamente
protegida”.
Estas zanjas,
realizadas por personal municipal y con medios municipales, se realizaron sin
la preceptiva autorización de la Dirección General de Patrimonio, obligatoria
antes de llevar a cabo cualquier actuación en la que se sospecha que puedan
existir restos arqueológicos; algo perfectamente posible dada su proximidad con
la zona en la que las excavaciones han encontrado materiales y restos de construcciones
que podrían pertenecer a la época tardo romana o visigótica.
De hecho al
abrirse dichas zanjas aparecieron restos humanos, en concreto un fémur, lo que
llevó a la Guardia Civil a parar momentáneamente la apertura de nuevas zanjas,
paralización que parece definitiva al parecer ante la intervención de
funcionarios de la DG de Patrimonio.
“Sí es increíble que se abran zanjas
en una zona de protección arqueológica, sin la correspondiente autorización,
más aún es que lo lleve a cabo un Ayuntamiento que debería ser el garante local
de la protección de dicha zona”,
señala José Ramón Mendoza, portavoz de IU y candidato a la Alcaldía de Hoyo.
Es más, para
el portavoz de IU “esa autorización debería haberse solicitado también para las
obras del tanatorio privado que se está construyendo en La Cabilda”. La
construcción de este edificio, además constituir una aberración paisajística en
un enclave de valor ecológico como es la Cabilda, puede haber destrozado restos
de valor arqueológico. “¿Alguien puede
afirmar con absoluta seguridad que donde se está construyendo el tanatorio no
había restos arqueológicos?” añade el portavoz de IU.
Las zanjas
abiertas tienen la finalidad de construir nuevas tumbas que, por lo que se ha
podido saber no son necesarias en este momento, aunque si en un futuro cuando
la gestión del cementerio la lleve una empresa privada, tal como aprobó el PP
al conceder la construcción de un tanatorio privado en suelo de propiedad municipal
ya que con esa instalación iba la privatización de la gestión del cementerio.
Además de la
posible destrucción de patrimonio histórico de Hoyo de manzanares, lo que se
está haciendo son unas tumbas que, en caso de ser necesarias, deberían ser
realizadas por quienes van harán negocio con el cementerio, o lo que es lo
mismo “se dedican recursos municipales
para que quienes posteriormente llevan el negocio tengan menos gastos; no sólo
se regala el uso de terreno e instalaciones públicas a una empresa privada,
sino que el Ayuntamiento hace las obras para ese negocio y sin reparar en los
daños que se puedan producir en el patrimonio histórico de Hoyo de Manzanares,
saltándose además la legalidad ua que esas obras se han llevado a cabo en zona
arqueológicamente protegida”, concluye Mendoza
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