
Sin embargo, celebramos este
8 de marzo, en un contexto social, económico y político donde los recortes de
derechos se han convertido en los protagonistas. Sin duda, todas estas
políticas que desde el gobierno se empeñan en denominar de ajuste y austeridad
y que no son más que el desmantelamiento del estado social como lo habíamos
conocido, están suponiendo un grave retroceso de la igualdad en la vida social
de nuestra ciudadanía afectando especialmente a las mujeres.
Es un hecho constatable que
la crisis económica ha golpeado con mayor virulencia a las mujeres, y así,
después de varios años de deterioro del mercado de trabajo, a final de 2012, la
tasa de paro de las mujeres se situaba más de un punto por encima de la de los
hombres, siendo su tasa de actividad un 13% inferior a la de éstos. Así, en
Hoyo de Manzanares, Durante el mes de febrero, fueron las mujeres que se
quedaron sin trabajo las únicas que desgraciadamente, contribuyeron al aumento
del desempleo en nuestra localidad.
Pero, la involución de las
conquistas en los derechos de las mujeres no sólo vienen de la mano de los
recortes presupuestarios directos. Las políticas públicas de recortes han
provocado necesariamente que, los
servicios y atenciones que debería proporcionar la Administración, sean
derivados al ámbito familiar y, por ende, a las mujeres, que son las que
desempeñan fundamentalmente las tareas de cuidados, contribuyendo a aumentar la
feminización de la pobreza y la vulnerabilidad en las mujeres.
Por contra, mientras se
realizan todos estos recortes, tenemos que soportar el aumento del presupuesto
para políticas que sirven entre otras cosas para subvencionar centros educativos
segregados, considerados por el Ministro de Educación como no discriminatorios,
que lo único que hacen es fomentar un modelo social basado en la desigualdad
que a largo plazo tiene consecuencias negativas para las mujeres, ya que
profundiza en la idea de la diferencia.
Todas estas medidas
emprendidas no tienen otro objetivo que, bajo el pretexto de la crisis, querer
implantar una ideología en la que el pilar de la sociedad sea la familia
patriarcal, donde la mujer juegue siempre un papel dependiente, lo que supone
una agresión a la integridad de las mujeres y a la democracia.
El Anteproyecto de reforma
de la Ley 7/1985 de Bases de Régimen Local, además tendrá una incidencia
negativa en la igualdad entre mujeres y hombres porque suprime el artículo 28,
que ha permitido desde hace tres décadas a la mayoría de los ayuntamientos
tener Concejalías y actividades y planes de promoción de la igualdad, en
consonancia con el mandato del artículo 9.2 de la Constitución de promover
activamente la igualdad.
Sin lugar a dudas, la
igualdad real y efectiva supone adquirir compromisos que impliquen a todas las
instituciones y a la sociedad y la única forma en que se puede conseguir ese
objetivo es con la puesta en marcha de políticas y actuaciones que deben de
estar respaldadas por recursos públicos
Así pues, resulta
imprescindible frenar estas políticas de recortes y ataques y buscar nuevas
estrategias, desarrollando medidas destinadas a una transformación real de
nuestra sociedad, donde las mujeres sean ciudadanas en plenitud de derechos.
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