viernes, 8 de marzo de 2013

8 de Marzo. DÁ DE LA MUJER TRABAJADORA


Conmemorar el día 8 de marzo significa reconocer la historia de las mujeres y su lucha por conseguir una sociedad más democrática con iguales derechos e iguales oportunidades para mujeres y hombres. Significa reivindicar sus luchas por el derecho al empleo, el derecho a la salud sexual y reproductiva, los derechos sociales, económicos, políticos y culturales. Y es también tomar conciencia de la necesidad de avanzar en la transformación social, para eliminar la violencia de género, la división sexual del trabajo y la brecha salarial.
Sin embargo, celebramos este 8 de marzo, en un contexto social, económico y político donde los recortes de derechos se han convertido en los protagonistas. Sin duda, todas estas políticas que desde el gobierno se empeñan en denominar de ajuste y austeridad y que no son más que el desmantelamiento del estado social como lo habíamos conocido, están suponiendo un grave retroceso de la igualdad en la vida social de nuestra ciudadanía afectando especialmente a las mujeres.
Es un hecho constatable que la crisis económica ha golpeado con mayor virulencia a las mujeres, y así, después de varios años de deterioro del mercado de trabajo, a final de 2012, la tasa de paro de las mujeres se situaba más de un punto por encima de la de los hombres, siendo su tasa de actividad un 13% inferior a la de éstos. Así, en Hoyo de Manzanares, Durante el mes de febrero, fueron las mujeres que se quedaron sin trabajo las únicas que desgraciadamente, contribuyeron al aumento del desempleo en nuestra localidad.
Pero, la involución de las conquistas en los derechos de las mujeres no sólo vienen de la mano de los recortes presupuestarios directos. Las políticas públicas de recortes han provocado  necesariamente que, los servicios y atenciones que debería proporcionar la Administración, sean derivados al ámbito familiar y, por ende, a las mujeres, que son las que desempeñan fundamentalmente las tareas de cuidados, contribuyendo a aumentar la feminización de la pobreza y la vulnerabilidad en las mujeres.
Por contra, mientras se realizan todos estos recortes, tenemos que soportar el aumento del presupuesto para políticas que sirven entre otras cosas para subvencionar centros educativos segregados, considerados por el Ministro de Educación como no discriminatorios, que lo único que hacen es fomentar un modelo social basado en la desigualdad que a largo plazo tiene consecuencias negativas para las mujeres, ya que profundiza en la idea de la diferencia.
Todas estas medidas emprendidas no tienen otro objetivo que, bajo el pretexto de la crisis, querer implantar una ideología en la que el pilar de la sociedad sea la familia patriarcal, donde la mujer juegue siempre un papel dependiente, lo que supone una agresión a la integridad de las mujeres y a la democracia.
El Anteproyecto de reforma de la Ley 7/1985 de Bases de Régimen Local, además tendrá una incidencia negativa en la igualdad entre mujeres y hombres porque suprime el artículo 28, que ha permitido desde hace tres décadas a la mayoría de los ayuntamientos tener Concejalías y actividades y planes de promoción de la igualdad, en consonancia con el mandato del artículo 9.2 de la Constitución de promover activamente la igualdad.
Sin lugar a dudas, la igualdad real y efectiva supone adquirir compromisos que impliquen a todas las instituciones y a la sociedad y la única forma en que se puede conseguir ese objetivo es con la puesta en marcha de políticas y actuaciones que deben de estar respaldadas por recursos públicos
Así pues, resulta imprescindible frenar estas políticas de recortes y ataques y buscar nuevas estrategias, desarrollando medidas destinadas a una transformación real de nuestra sociedad, donde las mujeres sean ciudadanas en plenitud de derechos.

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