martes, 12 de febrero de 2013

Los niños perdidos de Hoyo de Manzanares


De nuevo el ínclito Concejal de Comunicación y Nuevas Tecnologías -Participación Ciudadana y Urbanizaciones, ¡uf! que largo, nos obsequia con una de sus divertidas (por no llorar) ocurrencias.

En esta ocasión se trata del reparto a diestro y siniestro de las ya famosas pulseras localizadoras que vienen a solventar uno de los más graves problemas de nuestro pueblo, nunca antes abordado y mucho menos solucionado hasta la decidida intervención  de este insigne edil; los niños perdidos.

El primer paso de su arriesgada apuesta, muy criticada y no suficientemente agradecida, lo dio durante las pasadas fiestas navideñas cuando ofreció a las familias hoyenses el citado artículo de una forma totalmente gratuita lo cual resultaría muy de agradecer si no hubieran sido pagadas de nuestros bolsillos, para gran alegría del comercial de turno y la empresa suministradora.

Como parece ser que los progenitores hoyenses, en un rasgo de desidia y desinterés malsano por nuestros infantes, no las solicitamos masivamente como sería de esperar, sobraron 300 unidades las cuales han sido repartidas entre el colegio y la guardería del pueblo. Este altruista gesto, lejos de ser un simple acto publicitario y una forma sencilla de deshacerse de incómodos excedentes, supondrá un paso de gigante en la erradicación del ya mencionado problema de los niños perdidos que acucia a nuestro vecindario. A partir de ahora cuando cualquiera de nosotros nos encontremos en el pueblo con alguno de los niños perdidos que deambulan desamparados por nuestras calles no tendremos más que leer el código de su pulsera mediante un SmartPhone e inmediatamente se generara un aviso al responsable del colegio o guardería. Los que no dispongamos de la tecnología adecuada para ejercer nuestro deber cívico nos tendremos que conformar, aunque no sea el protocolo adecuado y menos conveniente, con preguntarle al niño/a en cuestión el nombre de sus padres, su dirección, colegio o guardería e intentar ponernos en contacto con alguno de ellos por el rudimentario método de una llamada de móvil. Si el niño/a, en su tierna inocencia, no pudiera facilitarnos ninguno de los datos requeridos habríamos de recurrir al ya obsoleto procedimiento de ponerlo a disposición de algún agente de las fuerzas del orden, ya sea Policía Local o Guardia Civil, en la esperanza de que dispusieran de los medios necesarios para localizar el hogar, colegio o guardería del menor y reintegrarlo al mismo. De cualquier forma siempre nos quedará el deleite estético en la observación de tan fino y elegante complemento luciendo en las muñecas de las criaturas.

Esta loable e inaplazable iniciativa ha dado lugar además a una nueva muestra de transparencia y rigor informativos, con primicia exclusiva de la web municipal, mostrándonos no  una sino dos imágenes del concejal de referencia en las sucesivas entregas de tan imprescindibles artículos y librándonos del desasosiego que nos produjo su desaparición en el último Pleno Municipal durante el cual, sus “compañeros” de ppartido, hubieran dado lo que fuera por tenerle localizado mediante una de sus propias pulseras.

De todas formas sería bueno que el Concejal de …, bueno ya saben ustedes, se hiciera mirar su  enfermiza obsesión por el tema de las pulseritas, no olvidemos el episodio del las pulseras VIP en la fiesta particular que le monto a una empresa privada en el centro del pueblo. Bueno, mientras no le dé por meterse en la adjudicación de contratos habrá que tomarlo por el lado cómico y como un mal menor, aunque nos cueste dinero. 

Por último decir, y perdonen por enrollarme, que espero que a nadie le cabree este artículo de opinión pues, como los anteriores y los que vendrán, se enmarcan única y exclusivamente en el ámbito de la crítica, políticamente incorrecta y para algunos ordinaria, de la política municipal.
El rojo de la colina.
José Ignacio Álvarez. elrojodelacolina@gmail.com, @ElRojoDeLaColin 

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