Hablando en
plata…
… la concesión de la gestión del Centro de Mayores resulta
tan impúdica y desvergonzada que sorprendería si el actual equipo de gobierno y
el resto del Grupo Municipal del PP no nos tuvieran ya acostumbrados a los vecinos
de Hoyo a actuaciones y decisiones injustas y arbitrarias que toman en
beneficio de allegados y propio y perjuicio de los demás.
Y el intento de
justificación de dicha concesión en nota del citado equipo de gobierno, que dan
a conocer en un medio de prensa y no en la web municipal, ya es de cachondeo.
En la misma dicen que la adjudicación se ha realizado “mediante un contrato menor a la empresa que ha ofrecido el precio más
bajo, dentro del cumplimiento del servicio público del centro de mayores”.
Bueno, el que se trate de un contrato menor es irrelevante. No es el huevo, es
el fuero lo que resulta injusto en esta aberrante adjudicación y aunque se
tratara de un contrato por un céntimo sería igual de criticable.
Además la
diferencia de precio con la empresa que ofertaba el presupuesto más caro es de
tan solo 539 € y con la de precio más aproximado de 18 €, con una diferencia,
las otras tres empresas tienen experiencia acreditada en servicios de
asistencia social y animación cultural en el ámbito de las personas de edad y
en la gestión de centros cívicos y culturales, no así la empresa adjudicataria,
lo cual no es óbice para que tengan el descaro de decir en la misma nota:
“En cuanto a los fines sociales de la
empresa adjudicataria, es de señalar que si bien no se especifica de forma
concreta el fin social servicios de CENTRO DE MAYORES, la empresa tiene en su
objeto social la gestión y explotación de todo tipo de inmuebles; no siendo
requisito para la adjudicación de este contrato administrativo, un concreto
objeto social”.
Pues bien, lo que
si se especificaba de forma concreta como objeto social de la empresa del
hermano de la Concejal de Servicios Sociales y Sanidad a fecha de la
adjudicación era LA PROMOCIÓN DE EDIFICACIONES Y TERRENOS, ASI COMO LA CONSTRUCCIÓN DE
EDIFICACIONES EN GENERAL, y
cualquiera con dos dedos de frente, no es el caso de estos lumbreras, puede
entender que esto se refiere a todas aquellas actividades
inmobiliarias consistentes en la compra de terrenos y edificaciones para su
urbanización, parcelación, construcción o rehabilitación para su posterior arrendamiento
o venta y no a la gestión de las actividades a desarrollar en las edificaciones
que se promocionan, porque si no estaríamos hablando de una empresa excepcional
capaz de gestionar, por ejemplo, desde un hospital hasta un polideportivo, y
evidentemente no es el caso.
Por otra parte ellos
mismos se contradicen porque primero hablan de “cumplimiento del servicio público del centro
de mayores” y acto seguido se descuelgan con lo de “no siendo requisito para la adjudicación de
este contrato administrativo, un concreto objeto social”. Pa mear y no echar gota que diría el otro.
Lo del cambio de
objeto social a posteriori de la adjudicación del contrato solo se puede entender
como un lavado de cara para guardar las formas, tan chusco, que podría resultar
hasta gracioso si no estuviéramos hablando de
temas tan serios e importantes
como la gestión bienes públicos, la prestación de un servicio para las personas
de la tercera edad, la honestidad y decencia en la gestión del dinero de los
contribuyentes y las contrataciones públicas y la corrupción moral y política
de aquellos usan el cargo en defensa de intereses particulares.
En definitiva nos encontramos ante una resolución
arbitraria a sabiendas de que pudiera resultar injusta y eso en román paladino
se llama presunta prevaricación.
Parece que con estos chicos, después de sus
ya tristemente célebres “lunches, se demuestra como cierta la sentencia de
Séneca; copia ciborum, subtilitas
impeditur –"las comidas abundantes embotan la
inteligencia"–, y los vecinos de Hoyo pagamos las consecuencias.
1 comentario:
El sistema no funciona. Hay que cambiarlo. Fórmulas legales, acordadas por los partidos serían deseables pero la experiencia dice que estos sólo se ponen de acuerdo para mantenerse en el poder, para nada más. Es necesario que el Rey se gane nuevamente el sueldo, ya.
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