viernes, 25 de abril de 2014

A García Márquez


Cuando llegué a Macondo
llovían todavía las flores amarillas
y olían los bananos
a pétalos de de rosas ya marchitas,
aunque aún resistía a los cien años
de soledad y  muerte un pueblo
que aún no había nacido.
 
Y todos me dijeron:
“¿Qué sabes de Gabriel,
que le echamos de menos?

Le llamé por teléfono,
(el único que había)  y vio la gente
 que ya se había muerto.

Y Cervantes y Shakespeare,
que andaban por el cielo
dijeron: “Ya podías
haberte muerto un poco más tarde,
un veintitrés de abril
y así lo celebrábamos
los tres juntos, Gabriel.

Y San Gabriel, como arcángel
mayor del cielo fue y borró la fecha
del ingreso de Gabo, la demoró seis días.

Y casi una semana sonaron vallenatos en Macondo.

                                                                                                Pedro Tenorio

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