Como de gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe y de altos espíritus es apreciar las cosas altas, es de justicia alabar la iniciativa cultural de la Semana Cervantina
organizada por el Consejo Municipal de Cultura, que, con un amplio abanico de
actividades programadas, puede resultar interesante y atractiva para aquellos
vecinos y vecinas que piensen que el que lee mucho y anda mucho, ve
mucho y sabe mucho, y los y las que con su
participación hacen bueno aquello de la pluma es la lengua de la mente.
Otra cosa es la desmesura en el uso
de carteles utilizados para publicitar tan interesante evento, a razón de uno
por farola en algunas calles del pueblo y abarrotando la Plaza Mayor, que
abruman al viandante y afean la estética del municipio sin tener en cuenta que la abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y
la carestía, aun de las malas, se estima en algo.
Y es que en esto de la publicidad, como en otros aspectos de la vida
municipal, no puede haber gracia donde no hay discreción.
Da la impresión de que el o los responsables de tal profusión de anuncios
del evento, han ignorado que más vale una palabra a tiempo que
cien a destiempo y que no hay más alta virtud que la
prudencia, obviando que pudor es un encanto que duplica los encantos de la hermosura, y han pensado
que en las cortesías antes se ha de pecar por carta de más que de menos.
Aunque nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, es admitido, espero que estas reflexiones lleguen a oídos de quienes corresponda y
las tengan en cuenta para futuras ocasiones, aunque solo sea porque siendo
poeta, podrá ser famoso si se guía más por el parecer ajeno que por el propio, y
consideran que hay algo de razonable en lo aquí expuesto, aunque me haya
saltado la regla de sé breve en tus razonamientos, que ninguno
hay gustoso si es largo.
Sirva este escrito, aparte de como crítica constructiva sobre el aspecto
concreto mencionado, dentro de la impecable programación que se nos ofrece,
como humilde aportación a la Semana Cervantina, ya que todo lo escrito en
cursiva negrita son frases tomadas prestadas de aquel hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo
corredor, D. Alonso Quijano, escritas por el genial Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, obra cumbre de
la literatura española y universal.
José Ignacio Álvarez
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