El
rojo de la colina.
Muuuchos años atrás, cuando era un
chaval, me encantaba ir con mi pandilla a Los Lanchares de Castilla, al igual
que a muchos otros niños del pueblo. Los de La Berzosa llamábamos a ese paraje
“las charcas” o “el circuito de cross”.
Para el primer nombre sobra la
explicación, el segundo hacía referencia a que en esa zona hacíamos él cabra
con nuestras “behaches”, la más popular bicicleta de la época. Aprovechando la
orografía del lugar organizábamos carreras, pegábamos saltos acrobáticos para
impresionar a las niñas de la pandi, que a veces provocaban trompazos
espectaculares que afortunadamente nunca tuvieron consecuencias graves, o
simplemente paseábamos.
Era nuestro espacio de libertad donde
nuestros padres no podían localizarnos, a no ser que se desplazaran ex profeso
hasta el lugar, pues en aquellos tiempos todavía no existían móviles.
Si en aquellos años alguien nos hubiera
mencionado la idea de remodelar o construir algo en nuestro, y de todos,
pequeño paraíso, sin duda le habríamos respondido con una expresión que estaba
muy de moda; “tú te columpias”. Sin
saberlo éramos ecologistas.
Muuuchos años más tarde, en la
actualidad, el equipo de gobierno ppero nos vuelve a sorprender con una de sus ocurrencias, ideas de bombero
retirado, que no es otra que la de gastarse 72.600 € en instalar columpios en el
paraje del que hablo, el cual se encuentra dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, está considerado
como Reserva de la Biosfera y Lugar de
Importancia Comunitaria "Cuenca del río Manzanares”, además de transitar por él la “Cañada Real de Peguerinos”, que es una vía pecuaria. Por eso, aunque
la zona este calificada por las actuales normas subsidiarias como zona de
equipamientos deportivos y zona verde, se trata de un lugar poco apropiado para
experimentos, ni siquiera con gaseosa y con columpios
Esta nueva actuación, al igual que el
bulevar que no lleva a ninguna parte con su aparcamiento sin coches, se enmarca
dentro de un proyecto que en el fondo solo busca regularizar de alguna forma el
circuito de bicis que en su momento se construyo bajo las ordenes de alguien
sin competencias e incompetente, con el beneplácito del Alcalde, sin aportar
ningún tipo de proyecto ni estudio de impacto ambiental y careciendo de las
licencias necesarias.
El circuito hecho está y no es cuestión
de desmontarlo, que la chavalada de hoy en día también tiene derecho a hacer
sus carreras y pegar sus saltos, pero lo que procede hacer es elaborar un
proyecto as built (lo construido) del
mismo, que refleje sus características y sirva de base a posibles
remodelaciones, llevar a cabo una labor continua de mantenimiento que evite su
deterioro y efectos negativos sobre un entorno natural tan sensible como el que
nos ocupa, y redactar, desde la concejalía que corresponda, una normativa que
regule su uso y de cobertura y seguridad a sus usuarios. En otras palabras,
legitimar lo que en su momento se hizo, con muy buena voluntad por parte de los
que participaron, de forma irregular.
Muuucho tiempo después de pasados mis
años mozos, cuando paseo por la zona de “las charcas”, me entra la nostalgia, y
viendo lo que quieren hacer con ella, pienso para mis adentros, pero lo digo y
escribo; “se columpian”.
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